En el mar de la aflicción.

29.08.2015 14:36

San Lucas 8:22 al 39.

Poder de Dios sobre los vientos y sobre los demonios.

1.- Cuando Cristo envía, él va con ellos. Aquel que va hacia el mar (mundo), porque Cristo lo ordena,  no va solo. Cuando nos hacemos a una mar en calma, sabemos que viene una tormenta y que nuestra vida estará en peligro. Pero nuestra vida está en las manos del Señor.

2.- Jesús PARECE dormido. El humano Jesús se sintió casado. Podemos estar tranquilos. A veces pareciera que no está; cuando tenemos grandes dificultades, grandes problemas; pero coloca a prueba nuestra fe y paciencia. ¡Maestro, Maestro que perecemos! Nuestro temor debemos presentarlo a los pies de Jesucristo.

3.- Cuando Dios reprende… cambia la situación. Increpa al viento y cesó, llegó la calma. Pero también los reprende a ellos por su poca fe. ¿Dónde está vuestra fe?

a) Llevaban consigo al creador de todas las cosas, a Dios mismo.

b) Estaban obedeciendo a la palabra de Jesús “Pasemos al otro lado”.

4.- Dios tiene poder sobre los demonios. Los demonios (dios, deidad, espíritu sobrenatural de naturaleza mala) son enemigos del hombre, tienen fuerza y fiereza. A este hombre lo tenía una legión demoniaca. El demonio lo sacaba lejos al desierto, vivía en el cementerio, el diablo lleva al hombre cautivo a la soledad y depresión, lo aisla. Mientras los que están bajo el dominio de Cristo, desean tener comunión con su Padre y con sus hermanos.

Los demonios temen al Señor. Todo el mundo de las tinieblas está bajo el mando del Señor. Como no pudieron destruir al hombre van hacia los cerdos, con permiso del Señor. Se gozan en hacer daño. Cuando no pueden contra ti, van contra tus bienes o familia.

Cuando el poder del diablo es quebrantado por el poder de Cristo, esa persona se recobra inmediatamente de su mal estado. “EN SU CABAL JUICIO”.

5.- La gente de Gadara prefirió los cerdos a Cristo. Se molestaron por la destrucción de los cerdos. Todo el que esté dispuesto a abandonar el pecado, no debe temer al Señor. No prefieras los cerdos, prefiere a Cristo.